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Descripción archivística
Archivo Municipal de Medina del Campo
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Semanarios locales

La actividad periodística de la Medina que cruza la frontera del siglo XIX para introducirse en las primeras décadas del XX se resume, por un lado, en un buen número de semanarios que se van sucediendo a medida que desaparecen los anteriores; y, por otro, en la muy corta vida de la gran mayoría de ellos, especialmente los ligados a una opción política concreta, circunstancia que condiciona su pervivencia pública.

El Sarabriense

A pesar de no imprimirse en Medina, ya que lo hace en la tipografía de Sardón y Compañía regentada por Vicente Maldonado, es el primer periódico con temas locales aparecido en la villa. Dirigido por José María García, sale a la luz en los primeros días de enero de 1865 y se publica durante dos años. Entre sus redactores figuran Antero Moyano, Francisco Fernández Polanco, Inocencio Cuadrillero, Pedro Cárdenas, Juan Camaño, "Casado", Vicente Puente, etc. En El Norte de Castilla de 15 de febrero de 1865, se acusa recibo del nuevo semanario dedicándole grandes elogios y deseándole una larga vida. En el Archivo Municipal no hemos encontrado ejemplar alguno de este semanario; sin embargo, sabemos de alguno de sus artículos, debidos a la pluma del cronista Antero Moyano, fueron recogidos por Ortega Rubio en su obra Los pueblos de la provincia de Valladolid (Valladolid, 1895. Reed. facsímil de 1979, t.I.) y posteriormente en el semanario El Medinense. Dichos artículos son de gran interés para la historia del arte local dado que en algunos de ellos se describen obras y edificios singulares que desaparecerán al poco tiempo, como el palacio de los Pascual (El Sarabriense, 28-mayo-1865); en pp.244-245, sobre el convento de San Andrés (ídem. 16-julio-1865) y el convento de la Visitación o de Fajardas (ídem. 14-mayo-1865); en p.246, sobre el Castillo de la Mota (ídem. 22-enero-1865); y en pp.250, sobre la casa natal de Fr. Lope de Barrientos (ídem. 26-marzo-1865).

Nueva Medina

Este periódico quizá sea uno de los de vida más efímera ya que no lo hemos visto mencionado en ninguna parte y de él tan sólo se conserva en el Archivo Municipal un ejemplar del nº 3. Aparece su primer número el 27 de octubre de 1912, con formato folio y ocho páginas a tres columnas. Lo dirige Vicente J. Caudanedo y figuran como redactores-colaboradores Carlos Iñigo, Mariano Berceruelo, F. Garcés, Juan Manuel B. de Quirós y "Ordener". Tiene su local de Redacción y Administración en la calle de Simón Ruiz nº18.

Cultura Medinense

Su primer número sale a la luz el 5 de enero de 1913 y desde el primer momento aparece ligado estrechamente al Centro Social Católico en todas sus etapas. Conoce varios cambios de cabecera, así como de sede de administración y redacción, propiciadas por las vicisitudes de este veterano "Círculo", aún vigente y con activa vida social. Los sucesivos títulos que acompañan al de Cultura Medinense son los de: “Semanario Católico-Social” y “Órgano de la Casa Social Católica y de los Sindicatos Profesionales”. En los comienzos, su redacción está instalada en la calle del Almirante nº16 y su administración en la calle de Padilla nº13; con el traslado del Centro Social Católico a la Casona de los Galarza en la plaza de San Agustín, merced a la donación del inmueble por parte de D. Eusebio Giraldo, ambas sedes administrativas pasan a este edificio. Tras una dirección interina del sacerdote Mariano Rodríguez Macías, pasan a ocupar dicho cargo oficialmente Ángel Rivera y más tarde Ángel de León. También su formato sufre variaciones ya que si inicialmente es de ocho páginas de tamaño folio a tres columnas, después de una treintena de números pasa a ser de cuatro de doble folio a cuatro columnas. Su impresión se lleva a cabo, primero, en la tipografía de Juan Luis Díez y luego en la de Francisco Román, ambas de Medina. Entre los colaboradores más habituales reseñamos los nombres de Herminio Sanz, Mariano Rodríguez Macías, Rufino Sáez, Demetrio Mestre, "El Tío Verdades", "Anlefer", Telesforo Gómez, Aurelio Díaz y Teodoro Cuadrado. En su folletín se publicaron obras ya impresas en otros semanarios anteriores como es el caso de La lámpara de Santiago de Tomás J. Salcedo. De su desaparición no tenemos constancia (el último número que se conserva en el Archivo Municipal es el de octubre de 1917).

Medina

Aparece el 6 de enero de 1917 de la mano de Julio Muñoz García. Se imprime en primer término en la tipografía medinense de Francisco Román y, desde el mes de noviembre del mismo año, en la Imprenta Castellana, de Valladolid. Con este cambio de imprenta varía también su composición: las ocho páginas, sorprendentemente grapadas, de tamaño folio a tres columnas, se ven reducidas a cuatro de doble folio a cuatro columnas, con la peculiaridad de abrirse al revés, es decir, de izquierda a derecha; también cambia su primer subtítulo por el de Semanario Local. Entre sus colaboradores-redactores destacan Saúl Gazo Borruel ("Ricardo Monterríos"), al que hemos visto escribir en otros semanarios contemporáneos, Benigno Martín Martín, Luis Vitoria Vileya, Fermín Pérez Menéndez, Ramón Velasco, etc. Su redacción se halla, en primer término, en el nº7 de la calle de Simón Ruiz, para pasar luego al nº 5 de la Plaza Mayor. De marcado carácter progresista, se declara en su nº 66 (7-abril-1918) "semanario liberal, y no sólo liberal sino antigamacista"; en este número se anuncia un paréntesis del periódico, que por cierto dura casi cuatro años ya que el nº 67 no aparece hasta el 7 de febrero de 1922 con una sola hoja impresa (es el último ejemplar que conocemos). En todo momento pueden verse artículos de claro enfrentamiento con los semanarios locales contemporáneos más conservadores Cultura Medinense y Patria.

Patria

Sale su primer número el 6 de enero de 1918 y se imprime en los talleres de Francisco Román (calle de Gamazo nºs 24 y 26). De perfil conservador, su director es Juan Molón y los redactores más pródigos en artículos Cirilo Gay, Alfredo Huertas y Mauro Velasco. Consta de cuatro páginas de doble folio a cuatro columnas. Sus críticas más aceradas se dirigen contra los "Libero-Albistas" encabezados en la villa por el alcalde Amado Fernández Molón. El 21 de febrero de 1918 lanza un número extraordinario en apoyo de la política del Conde de Gamazo.

El Progreso de Castilla

Tanto por las personas que lo componen como por la línea editorial que sigue, podemos afirmar que nace como sucesor del desaparecido semanario Heraldo de Castilla. Aparece el 6 de marzo de 1921 (es decir, una semana después de desaparecer el Heraldo) con Saúl Gazo Borruel como director y Federico Velasco Díez como gerente. Tiene su administración en el nº1, principal, de la calle de Bernal Díaz del Castillo, figurando Marín Gazo, hermano del director, como administrador a partir de 1922. Entre sus colaboradores cabe reseñar los nombres de Vicente de la Serna, C. Vega, "Clarito", Braulio Trujillano, Joaquín Domingo y Federico de Mendizábal. En su folletón se publican obras del poeta Rufino Sáez como "La Escabrosa Senda". Consta de cuatro páginas de doble folio a cuatro columnas y, a la vista de los ejemplares conservados, desaparece en los días finales de 1922.

Sarabria

El 13 de abril de 1922 sale su primer número en folio doble a cuatro columnas, bajo la dirección de Jesús Román Pérez. Tiene su administración en el Arrabal de Salamanca, hoy Avenida de Portugal, n.º 2, y se imprime en los talleres de Francisco Román hasta su desaparición en 1927. Tiene como redactores a Vidal Fernández, Víctor Velasco, Manuel García Lacunza, José Román Lara, Ulpiano García "Koke", Angel Rivera, etc. En su folletín se recogen escritos de carácter local como "Apuntes de la Historia de Medina", por Antonio Godínez del Paz, y obras literarias como la Vida del Lazarillo de Tormes de Diego Hurtado de Mendoza. Sus primeros números se imprimen en tinta azul.

La Semana

El primer número de este semanario aparece el 6 de enero de 1929, realizado en la "Imprenta de La Semana" por un grupo de personas entre las que se hallan Adelardo Sobrino Rincón, Francisco Giménez Campaña y V. González Ocaña, que tienen su local de redacción y administración en la plaza de San Juan nº 2. Su formato, como es habitual, es de doble folio y consta de dos hojas a cuatro columnas. Su vida es muy corta y salen a la luz muy escasos números.

La Región

Nace el 5 de enero de 1930 y, a la vista de los ejemplares conservados (Colección de Antonio Sánchez del Río), no creemos que superara la decena de números. Se imprime en Toro en el taller de Luis Calderón, con un formato algo inferior al doble folio. Tiene su redacción y administración en la calle de Simón Ruiz nº 10.

La Verdad

Desaparecido el semanario “La Región”, coge la antorcha del periodismo local otro semanario del cual sólo conocemos su primer número, aparecido el 30 de noviembre de 1930 (Colección de Antonio Sánchez del Río). Jesús Román, hombre de larga trayectoria periodística en la villa figura como su director; se realiza en la Imprenta Sendino y consta de cuatro páginas de tamaño folio; la redacción y administración está en la calle Enlosada, hoy de Gerardo Moraleja, n.º 2 bajo derecha.

La Voz de Castilla

Fundado por Antonio Velázquez Alonso, su número prospecto sale a la luz en septiembre de 1884 y el primer número el 3 de octubre del mismo año. Ya en la carta que su propietario y director envía al Ayuntamiento solicitando el permiso de impresión y circulación pública, se anuncia que ésta se llevará a cabo en los talleres de Bibiano Sánchez en Peñaranda de Bracamonte, aunque su publicación será en Medina. Cinco años más tarde (núm.23, 3-marzo-1889) se anuncia que "para complacer al mayor número de suscriptores", el periódico se hará en Valladolid, en la imprenta de Leonardo Miñón; con este cambio, la calidad tipográfica y de impresión mejora notablemente. Siempre de cuatro páginas, los cinco primeros números salen a tres columnas y los restantes, ya con formato de doble folio, a cuatro. Su administración se encuentra en la calle de Bravo, nº5 y entre otros redactores y colaboradores figuran: José López Casas, Luis Fernández Polanco, el Dr. S. Medrano Estévez, Bonifacio González Rubio, Tomás de Jesús Salcedo, Antonio Barrio, etc. En el folletín que contiene, se publican obras de cierto interés como Estudio crítico sobre las ideas de Gobierno y Administración del Marqués de la Ensenada, de Juan Alonso San José (5-XI-84 / 26-V-85); así como el texto íntegro del "Arreglo parroquial del Arzobispado" y las nuevas "Demarcaciones territoriales de las parroquias" a lo largo del año 1885. El último número que conocemos es el correspondiente al 26 de septiembre de este último año.

Este semanario conoce una segunda época durante los años 1926-1927, cuyo primer número sale el 24 de octubre de 1926. Su director es Angel Rivera y la "iniciadora y patrocinadora" Dª Eugenia Casado Gavilán. Tiene su local de administración y redacción en el nº6 principal de la calle del Almirante, aunque se imprime en Nava del Rey en los talleres de Francisco García Vicente. Consta de cuatro páginas a cuatro columnas y colaboran en su redacción Federico Velasco, Fermín Vega y Manuel del Río. La cabecera de este segundo época es La Voz de Castilla. Periódico Semanal Independiente.

El Medinense

Primer semanario impreso en Medina, se publica los domingos a partir del 28 de agosto de 1887, fecha de su primer número (su prospecto salió el 14 de agosto de ese año). Dirigido por Pablo Federico Álvarez, se imprime en los talleres que él mismo posee (Imp. y Tipª de Álvarez), teniendo su primera redacción en el nº30 de la Acera de la Joyería de la Plaza Mayor, y, posteriormente, en el nº4 de la Calle de Padilla. A partir del número 78 aparece con nueva cabecera, añadiendo un subtítulo más largo: Periódico Semanal de Intereses Morales y Materiales, Ciencias, Artes y Literatura. Colaboran con sus artículos las personas de mayor relieve intelectual en la Medina de entonces: Antero Moyano, Pascasio López Zarzuelo, Tomás de Jesús Salcedo, Antonio Velázquez Alonso (director del anterior semanario La Voz de Castilla), Emilio Gante, Casimiro Rodríguez Toribio, etc. Entre los artículos más notables están los de carácter biográfico referidos a Bernal Díaz del Castillo, San Juan de la Cruz, P. Hernando de la Concha, Antonio Rincón...; los de temas costumbristas y de historia local: La Ordenanza de los Fuegos, El Címbalo, La Fuente de san Francisco, las Antiguas Ferias, Impresores, Museo Biblioteca Medinense, Voto de San Boal, Privilegio de las Cucharas, El Cuartel, etc. Su extensión es de cuatro páginas con formato de doble folio a cuatro columnas. Entre otras obras publicadas en su folletín destacan: Poesía Inédita, de Anacleto Carmelo Garviras; Lealtad de un Medinense. Episodio Histórico, de Saturnino González y Reguera; Breves observaciones acerca de la industria lanera en España, de Tomás J. Salcedo; La Orden militar del Grifo, de J.L. de Casas; etc. Desaparece en su séptimo año, el día 15 de mayo de 1893, a consecuencia de un gran déficit, habiendo publicado 292 números. Es, sin duda, uno de los de mayor interés para la historia local de la villa.

El Castellano

Su primer número sale a la luz el domingo 19 de octubre de 1890 y se imprime en la tipografía y librería de Benito Manuel (Plaza Mayor, 50) que es quien figura como director-propietario hasta su desaparición el 11 de julio de 1896. Consta, en primer término, de cuatro páginas en folio doble a tres columnas que con el tiempo se amplían a cinco y su ámbito de información se extiende, además del propio de la comarca de Medina, a las de Olmedo y Nava del Rey. En sus 324 números se recogen artículos de un amplio número de redactores y colaboradores, entre los que se hallan de modo fugaz los célebres escritores Emilio Ferrari, Narciso Alonso Cortés y la condesa de Pardo Bazán; con ellos, Pascasio López Zarzuelo, Francisco Fernández Polanco, Teodoro Díez Sangrador, Alberto Masferrer, Eduardo Villafría y un largo etcétera cuya lista completa recogió Ildefonso Rodríguez en su Historia.

Semanario Medinense

Sin duda el semanario mejor editado y de más cuidada tipografía, aparece el 1 de enero de 1899, conteniendo únicamente artículos literarios magníficamente ilustrados con grabados, dibujos o fotografías de vistas generales, cuadros costumbristas o pinturas, obtenidas todas ellas de las publicaciones de tirada nacional; asimismo se recogen artículos de moda procedentes de revistas como Blanco y Negro o La Última Moda, dejando su última plana para anuncios, pasatiempos e información sobre el mercado local. Los números que hemos manejado constan de ocho páginas de tamaño folio. Fue su director Honorio Román Pérez y se imprime en los talleres medinenses de los Hermanos Román.

El Independiente

De este semanario no conocemos hasta la fecha ejemplar alguno, sin embargo, gracias a las informaciones que nos proporciona en su Historia Ildefonso Rodríguez (p.776) sabemos que su primer número sale a la luz el 27 de marzo de 1904, que se realiza en la imprenta de Pedro Saomil a cargo de Juan Luis Díez y que cuenta con un reducido número de redactores entre los que figuran Benigno Martín y Martín, José Calvo y Sanz, José Mª Martín, Ulpiano García Rodríguez y Antonio Velázquez Alonso.

Canta Claro

Tan sólo una colección completa se ha conservado de este combativo semanario medinense (Colección de Esperanza Rodríguez, a quien agradecemos su cesión de imágenes) que aparece el 21 de enero de 1906 con Francisco Román como primer Director-Administrador, propietario también de los talleres donde se imprime. Consta de cuatro páginas de formato de folio doble a tres columnas y recoge artículos, entre otros, de "Don Gumersindo", "Uno de tantos", "Bachiller Carrasco", Roberto Randel, Jesús Román, etc. En sus secciones "Matinées Concejiles, " Giraldinas", "De ocultaciones" o "Variedades" se lleva a cabo una persistente campaña de enfrentamiento político contra Eusebio Giraldo y Clemente Fernández de la Devesa, enmarcada dentro del convulso ambiente político local -y nacional- de comienzos de siglo, que lleva al Sr. Román ante los tribunales. En su último número de 12 de agosto de 1906 (nº 27), ya se augura su inminente cierre por parte de la autoridad.

El Eco Mercantil

Tiene su administración en el Arrabal de Salamanca, hoy Avda. de Portugal, nº 22, y sale a la luz el 15 de noviembre de 1908. Su primer director es Cayo Salvadores y, a partir de 1911, figura ya Julián Fernández. Se imprime, en primer término, en los talleres medinenses de Francisco Román, y posteriormente en los de A. Rodríguez en Valladolid. Entre sus colaboradores-redactores se hallan los nombres de Ulpiano García "Koke", Tomás M. Reguera, J. Eliz, Antonio Armenta, A. Daretas, "Petronio", Federico García, el Padre Cobos, etc. Muy enfrentado con su contemporáneo el Heraldo de Castilla, se declara abiertamente "antialbista", es decir, contrario a la política de Santiago Alba.

Heraldo de Castilla

Fundado y dirigido en sus primeros años por Mariano Fernández de la Devesa, se declara de tendencia "liberal-albista", y, como acabamos de apuntar, mantiene un agrio enfrentamiento con El Eco Mercantil, de simpatías "gamacistas" ("giraldistas" en la esfera local, por Eusebio Giraldo y su hijo Rafael, ambos Diputados a Cortes). Es el semanario local de vida más larga -excepción hecha del actual La Voz de Medina - ya que nace el 7 de marzo de 1909 y desaparece en 1921 (el último número que conocemos es el del 27 de febrero). Se imprime en los talleres tipográficos que Francisco Román tiene en la calle de Gamazo nºs 24 y 26, y su redacción está instalada en el domicilio del director, calle de Salinas 1, (hoy de Rafael Giraldo). Saúl Gazo Borruel sustituirá al fundador en la dirección del periódico con Valentín Delgado como redactor jefe. En su folletón se publican obras tan significativas como "Los Retablos de Medina del Campo" (entre 1916 y 1917) del conocido arquitecto Juan Agapito y Revilla, quien, por cierto, colabora asiduamente en este semanario con artículos divulgativos sobre el arte local. Consta, como los demás, de cuatro páginas de doble folio a cuatro columnas, cuyo formato inicial (así como su lugar de impresión) variará a partir del nº 524, de 2 de febrero de 1919

El Anunciador Medinense

Es el más antiguo “anunciador” publicitario que conocemos de cuantos se publican durante las fiestas mayores de Medina del Campo. Según se dice en su cabecera, sale a la luz los días 2, 3 y 4 de septiembre y sus cuatro páginas están dedicadas íntegramente a anuncios comerciales repartidos en tres columnas. Se compone en la imprenta de Benito Manuel (Plaza Mayor, 50) lugar donde se ofrece más información sobre los productos y servicios publicados. Los anuncios nos ofrecen interesantes reseñas sobre los paradores titulados de la Victoria, de la Esperanza, del Siglo, del Norte, del Segoviano… todos ellos “próximos a la Estación” del ferrocarril; de fábricas y almacenes de jabón, de licores, de curtidos…; de tiendas de modistas, sombrereros, relojeros, pintores-decoradores…; de cafés de moda y salones de baile…, incluso de la venta de novedosos “sellos de caoutchouch”.

Semana Medinense

Sólo conocemos dos ejemplares de los días 4 y 8 de septiembre de 1901; se publica en la imprenta de Honorio Román (Calle Padilla, 12), consta de tres columnas por cada cara y faldones laterales con frases de lectura horizontal. Junto con los anuncios publicitarios, se recogen breves reseñas –algunas en verso- en las que se da noticia de los encierros y corridas de toros, de las sesiones de teatro, de las pioneras proyecciones del cinematógrafo “Wargranph Esther” instalado en la fábrica de luz (en la actual plazuela de San Francisco) o de los conciertos de la banda militar. También de la salida de los gigantes y cabezudos, de los premios de la rifa benéfica o de la iluminación ferial.

El Tío Celipe

Este diario festivo, con salida al público los ocho días de feria mayor, nace el 1 de septiembre de 1914 de la mano del maestro Rufino Sáez Gómez, al que hemos visto colaborar en otros periódicos. El primer año se compone en un formato de folio a tres columnas, y en los dos siguientes en folio doble a cuatro (son los tres años en que nos consta su aparición). Se realiza en la imprenta medinense de Juan Luis Díez y recoge sólo noticias feriales, chascarrillos humorísticos y anuncios. Las firmas seudónimas -"El Buñolero", "El Avisador", "El de la Tanda", etc.- que aparecen al pie de los artículos nos hacen sospechar en una misma procedencia: la del "alma mater" del diario festivo. El fino humor, la ironía y, sobre todo, la originalidad, especialmente en los anuncios publicitarios, quedan patentes en todos los ejemplares conservados.

El Eco Medinense

Este diario ferial se imprime en los talleres tipográficos de Francisco Román; aparece el 1 de septiembre de 1926 manteniéndose hasta el 8 del mismo mes de 1931. Impreso en cuatro páginas de doble folio a dos tintas, en él únicamente se recoge el día a día de las fiestas patronales de esos años, anuncios y algún que otro artículo sobre curiosidades locales firmado por Julián del Río, auténtico promotor de esta publicación. Los ejemplares conservados pertenecen a la Colección de Antonio Sánchez del Río.

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